En el contexto de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, el Gobierno de la Región de Coquimbo, y la Secretaría Regional Ministerial de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, rindieron un conmovedor homenaje a los valientes ciudadanos sanjuaninos que extendieron su mano amiga a los exiliados chilenos en la provincia. Durante esta significativa ceremonia, otorgaron merecidos reconocimientos a varias personas, entre ellas el diputado Horacio Quiroga.
El acto tuvo lugar en el auditorio Emar Acosta del edificio Anexo de la Legislatura y contó con la presencia del presidente en funciones del Consejo Regional a cargo de la Gobernación de Coquimbo, Javier Vega; el vicepresidente de la Comisión de Diálogo Político, Wladimir Pleticosic; las consejeras miembros de la Comisión de Género y Diversidad, Ximena Ampuero y Tatiana Cortes; y el miembro del Gabinete de la Secretaria Regional Ministerial de Gobierno de la Región de Coquimbo, Enrique Valdebenito.
Durante la ceremonia, se entregaron placas conmemorativas a los siguientes destacados sanjuaninos: Guillermo Belascoain, José Casas, Daniel Castro, Alberto Fernández Herrera, Aldo Graffigna Cantoni, Carlos Graffigna (en representación de su esposa), Jaime Mateos (en representación de su hija), Horacio Quiroga y Rogelio Roldán.
Cabe señalar que este homenaje destaca la generosidad y el valor de aquellos que, en tiempos difíciles, se unieron en un espíritu de humanidad y solidaridad.
Testimonio del diputado Horacio Quiroga
El diputado Horacio Quiroga compartió su testimonio a prensa de la Legislatura, resaltando la importancia de la solidaridad y el apoyo brindado a los exiliados chilenos. Recordó su compromiso como dirigente estudiantil y cómo, junto a otros compañeros, se unieron para recibir y resguardar a jóvenes chilenos que huían de la persecución política en su país. Enfatizó que la solidaridad y el respeto por la dignidad humana deben prevalecer en todas las circunstancias, independientemente de las diferencias políticas.
En la ocasión, relató “en el caso mío en particular me tocó recibir el reconocimiento, pero sabiendo que no es un mérito solo mío. En el año 1981 empecé a tener responsabilidades como dirigente estudiantil en la provincia de San Juan, estaba iniciando mi carrera universitaria y estaba en el movimiento estudiantil peleando por nuestros derechos, todavía no se recuperaba la democracia. En 1983, con la vuelta a la democracia yo era presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura, y en ese contexto seguían llegando compañeros, muy jóvenes de la edad nuestra, que escapaban de Chile por la persecución política. Ellos estaban activando para recuperar su democracia y entonces los militares chilenos los perseguían, estaban prohibidas ese tipo de actividades en Chile. En esa circunstancia, siendo titular del Centro de Estudiantes y miembro de la Federación Universitaria de San Juan, tuvimos la responsabilidad junto con otros compañeros como Guillermo Belascoain, que en su momento era el presidente de la Federación Universitaria o compañeros como Daniel Castro que era el Secretario de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Nacional de San Juan, de organizarnos para recibir a chilenos y chilenas que escapaban de la dictadura y que pudieran, en primer instancia salvar su vida, estar contenidos y, luego, reubicarse aquí".