El vicegobernador de la provincia en ejercicio del Poder Ejecutivo, Roberto Gattoni, participó poco antes del mediodía de la ceremonia por el Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto en el 76° aniversario de la liberación de Auschwitz, cumplida en el monumento alegórico al Holocausto, ubicado en avenida José Ignacio de la Roza y España, de nuestra ciudad.
En la ocasión, asistieron la presidenta de la Corte de Justicia, Adriana García Nieto; el obispo auxiliar, fray Carlos María Domínguez; el vicepresidente primero en ejercicio de la presidencia de la Cámara de Diputados, Eduardo Cabello; la diputada por Capital, Celina Ramella; el presidente del Concejo Deliberante de la municipalidad de la ciudad de San Juan, Ariel Palma; el Defensor del Pueblo, Pablo García Nieto; la secretaria de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Nerina Eusebi; el secretario de Relaciones Institucionales, Marcelo Fretes; la subsecretaria de Derechos Humanos, Clarisa Botto; el presidente de la Sociedad Israelita de Beneficencia de San Juan, Leonardo Siere y la directora de Culto de la institución, Paula Romero; el presidente de la comisión arquidiocesana Justicia y Paz, Héctor Allende; miembros de la comunidad judía, invitados especiales y público en general.
En primer término, el obispo auxiliar, fray Carlos María Domínguez comenzó con una invocación religiosa al señalar que “hoy el Papa Francisco en su catequesis de los días miércoles tuvo un recuerdo especial para las víctimas del Holocausto y otra vez como lo dijo ante el monumento de la Memoria en Jerusalén, pidió que esta experiencia nunca más se repita en la humanidad, que sepamos aprender y que pidamos que el Señor acoja a aquellos que han tenido que sufrir, en este caso, por pertenecer a un pueblo pero también por tener una fe en común
Por su parte, la directora de Culto de la Sociedad Israelita, manifestó que “cuando una persona ha dejado este mundo físico, mucho más cuando son seis millones de almas brutalmente arrebatadas, nuestra tradición judía nos enseña que tenemos la posibilidad de continuar actuando en beneficio de las personas fallecidas, a través de nuestros actos, nuestras acciones, nuestras palabras. La oración que voy a dirigir kadish de duelo magnifica y santifica el nombre de Dios y al pronunciar estas palabras nos vamos a comprometer a seguir buscando la verdad, la justicia, la piedad y todos los objetivos más nobles de la vida en solemne testimonio a esta fe inquebrantable que une a las generaciones” y acto seguido, pronunció el Kadish de duelo, oración judía.
El titular de la Sociedad Israelita, Leonardo Siere brindó una reflexión al señalar que “quiero recordarles que estamos en un acto organizado y que ha sido convocado por el Gobierno de San Juan y quiero destacarlo porque es una evolución constante, ya que hace unos diez o quince años atrás la gente pensaba que este tipo de actividades era un tema de la colectividad judía por lo que le pasó y hoy la sociedad toda entendió que estamos ante la presencia de un tema que nos compete a todos”.
Tributo de las rosas blancas
En la ceremonia, de emotivas características, fueron depositadas seis rosas por parte de distintas personas y fueron a su vez expresados seis mensajes acerca de la intolerancia, el odio y el amor por la vida.
Las flores fueron dejadas en el sector de la pared de este monumento cuyas espaldas dan a calle Las Heras y donde están simbolizadas las víctimas del Holocausto a la manera de un memorial con imágenes y los nombres de muchos de ellos y como también la identificación de los centros de exterminio como Auschwitz, Treblinka, Belzec, Sobibor.
El monumento o memorial fue realizado por el extinto artista plástico sanjuanino Mario Pérez y como detalle a considerar, las huellas en el piso simbolizan lo inmensurable de la cantidad de personas y un farol fue tomado como un símbolo de la luz del campo de concentración de Auschwitz, pero simboliza la luz de la esperanza, con dos muros oscuros cortados a los costados y cercados por alambres de púas y una vía de tren con seis durmientes (que simbolizan a los seis millones de ciudadanos judíos muertos en los campos de exterminio emplazados por el régimen nazi).
La primera rosa fue depositada por Ruth Ovín con su familia en representación de la Sociedad Israelita de Beneficencia de San Juan; luego lo hicieron las docentes María Isabel Paredes y Fabiana Puebla; a continuación, el presidente del Concejo Deliberante de la municipalidad de San Juan, Ariel Palma y después la presidenta de la Corte de Justicia.
Más adelante, el vicepresidente primero en ejercicio de la presidencia de la Cámara de Diputados, Eduardo Cabello junto a la diputada por Capital, Celina Ramella, depositaron una rosa blanca y Cabello señaló en su reflexión que “es muy motivante un acto como el que estamos viviendo hoy, el Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel dijo que “lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia” y una sociedad que se vuelve indiferente es una sociedad que pierde el rumbo de saber que quien creó al hombre lo creó a imagen y semejanza y algunos se creen superhombres y hacen las cosas que se hicieron. El deber del superviviente – decía Elie Wiesel – es dar testimonio de lo que ocurrió, hay que advertirle a la gente de que estas cosas pueden suceder, que el mal puede desencadenarse y la verdad es que se desencadena de una manera tremenda, difícil de entender, que haya pasado lo que sucedió tiene que enseñarnos ciertas cosas.
Yo pertenezco a una generación de gente que creo que de lo malo hemos aprendido lo bueno y como lo hablaban quienes me precedieron en la palabra los sanjuaninos nos hemos despertado de muchas cosas, pero me resisto a que el miedo, el temor, el odio nos deje de hacer soñar, por eso creo que el Holocausto nunca tendrá la última palabra”.
Por último, tras dejar una rosa blanca en la pared del monumento, el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Roberto Gattoni, puntualizó que “en conmemoración de las víctimas del Holocausto, no solo estamos recordando un aniversario más de la liberación de Auschwitz, es un día donde tenemos que reflexionar sobre nuestra propia condición humana, nuestros errores, nuestra historia para que estas cosas no ocurran nunca más y por eso en esta flor, que es un símbolo de paz, amor y vida va nuestro compromiso para seguir trabajando por la libertad y el respeto de todos los pueblos del mundo”.