Mario Contreras

El fray de la Orden de los Agustinos Recoletos, Carlos María Domínguez, quedó consagrado como obispo titular de Vita y auxiliar de la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo. La ceremonia religiosa tuvo lugar en el Estadio Aldo Cantoni  y contó con la presencia del gobernador Sergio Uñac y vicegobernador Marcelo Lima, quienes asistieron acompañados por sus respectivas esposas.

También participó el arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Eduardo Lozano; funcionarios de los tres poderes del Estado, autoridades de la Iglesia Católica de diversos países y de distintas diócesis provinciales, y más de cinco mil fieles.

Durante la celebración fue leído el mandado del Papa Francisco mediante el cual ordenó que Fray Domínguez ocupe la jerarquía de obispo auxiliar de San Juan, cuya función es asistir al arzobispo Lozano en todo lo necesario para llevar adelante la misión de la Iglesia. Es una gran ayuda y apoyo para el desarrollo de las tareas pastorales.

Por su parte, en su homilía, monseñor Jorge Lozano agradeció la generosidad de la Orden de los Agustinos Recoletos, y luego, expresó "Querido hermano Carlos María, el episcopado, lo sabemos, no es ni un honor ni un premio. Qué triste sería si lo viéramos de esa manera. Como enseña nuestro maestro, fuiste llamado para servir y no para ser servido. El mismo Jesús nos dice que el mayor se haga el menor y el servidor de todos. El papa Francisco nos lo explica de una manera elocuente con esta imagen de la iglesia como una pirámide invertida donde, quienes tenemos el servicio de estar conduciendo con alguna responsabilidad tenemos que estar por debajo y a la orden de los demás. Cuando pensábamos en qué fecha proponer esta consagración veíamos que este día, el de San Pedro y San Pablo era hermoso para hacerlo. Día que también dedicamos a honrar al Papa Francisco.

Para cerrar, Lozano señaló que “Hay una consigna que nos orienta: ‘Somos un pueblo que camina, anuncia y sirve’. Queremos en San Juan ser iglesia, como una madre que va al encuentro de sus hijos, los que nos confía Jesús: los pobres, los encarcelados, los que no encuentran un sentido para la vida, los que están en las periferias geográficas y existenciales. Te pido nos ayudes en este camino de servicio fiel a nuestro tiempo y a nuestro pueblo. A su vez, es bueno que recordemos este sentimiento de pablo de tener preocupación por todas las iglesias. Que nuestra mirada y nuestro corazón se puedan ensanchar al mundo entero. Querido Carlos María, gracias por tu sí, que la Virgen te regale el consuelo y su ternura de madre. La iglesia de San Juan de cuyo te recibe con alegría y cuenta con vos. Bienvenido”.

Cabe señalar que la Iglesia Católica considera a los obispos como sucesores de los apóstoles. Desde los primeros tiempos, los mismos apóstoles comunicaban el orden del Episcopado imponiendo las manos a quienes encargaban la misión en nuevas diócesis  y a quienes serían sus sucesores. Desde entonces cada Iglesia tiene un obispo como cabeza y pastor de la comunidad, para cumplir el mandato de Jesús. También ha incorporado la posibilidad de contar con uno o más obispos auxiliares cuando la necesidad pastoral lo requiere. Para esto el obispo de la Diócesis debe solicitarlo al Papa, y es él quien lo designa.

Fuente: Prensa Si San Juan
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