Después de tres meses y medio de sesiones, el 9 de julio de 1816, el Congreso proclamó la existencia de una nueva nación libre e independiente de España y de cualquier otra nación.

El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida quien presidía la sesión preguntó:

¿Quereis que las provincias de la unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de españa y su metrópoli?”

Los diputados contestaron afirmativamente en forma unánime. De inmediato labró el “Acta de la Independencia” y posteriormente se tradujo al quechua y al aymará para que la conocieran las poblaciones originarias.