Los poemas están marcados por los recuerdos y las preguntas que continuamente inquietan al autor y, de una u otra manera, intenta encontrarles respuestas: “¿Fue verdad que se detuvo el mundo?/ ¿Fue cierto que se enamoró por un segundo/ el protón del infierno del electrón de dios?”. También el poeta indaga en la nostalgia de la infancia y en aquellos lugares de la historia y de la guerra que muchos quisieran olvidar.